lunes, 23 de abril de 2012

EL PUENTE DE LOS ESCLAVOS





En Guatemala, a unos 3 km. de la ciudad Cuilapa, se encuentra uno de los puentes más antiguos de América. Es "el puente de los esclavos", construido hace mas de 400 años. Cerca del puente hay un pueblo llamado "los esclavos". Hace varios siglos, los pobladores de ese lugar fueron esclavizados por los españoles. Cuenta la leyenda que hace muchos años vivía allí un señor en una gran hacienda con muchos esclavos. El señor castigaba cruelmente a los que descuidaban el trabajo. Una vez un ternero murió por descuido de un esclavo. El pobre hombre temía tanto a su amo, que, desesperado, invoco al diablo. Y el diablo se le presento.

El esclavo le conto su desventura y el diablo vio en aquel pobre hombre a un alma buena que valía la pena arrebatarle a Jesucristo. A cambio de su alma, el diablo le ofreció que pidiera cualquier cosa. El esclavo pidio que hiciera un puente en la hacienda de su amo, pensando que tal vez así le perdonaría el castigo, pues allí hacía mucha falta un puente. El diablo estuvo de acuerdo. Llamó a los otros diablos y juntos empezaron el trabajo. Al día siguiente el esclavo fue al rio y encontró el puente terminado. El diablo estaba contemplando su obra y el hombre se le acerco silenciosamente y le puso una cruz bendita frente los ojos. El diablo lanzó un grito, arrancando de dos patadas una piedra del puente y desapareció con sus ayudantes. El esclavo salvo así su alma.
Cuentan las gentes, que aquella piedra que le falta al puente desaparece cada vez que alguien la pone en su lugar.








lunes, 16 de abril de 2012

EL MURCIÉLAGO DE COLORES





Una vez existió un hermoso murciélago. Era la criatura más bella de la creación, ya que en su afán por parecerse al resto de las aves, subió al cielo y solicitó al creador poseer plumas. Éste le contestó que tenía su permiso para solicitar a otras aves sus mejores plumas. Y así lo hizo. Se dedicó a pedir las plumas de aquellos especímenes más vistosos y coloridos.
Tras un tiempo de recolección, el murciélago lucía, ufano, su nuevo y espectacular aspecto. Revoloteaba por toda la tierra recreándose en su imagen. Incluso, en una ocasión, con el eco de su vuelo provocó un maravilloso arco iris. Todos los animales lo observaban fascinados por su deslumbrante imagen. No obstante, los halagos comenzaron a hacer mella en él. La soberbia se apoderó de su raciocinio. Miraba con desprecio al resto de las aves, a las que consideraba inferiores a él por su belleza.
Percibía que ningún otro animal estaba a su altura. Hasta reprochó al colibrí que no eran tan agraciado como él. Consideraba que no existía otra cualidad más importante que no fuera el aspecto físico. El resto de aves se sentían humilladas ante el vuelo del murciélago. Su continuo pavoneo se hizo insoportable para todo el reino animal, y sus ofensas llegaron a oídos del creador. Éste decidió intervenir.
Tras observar la actitud del bello murciélago, lo hizo llamar y subir al cielo. Éste se sintió halagado al verse requerido por el ser supremo y su ego se elevó con él. Ante la presencia del creador, comenzó a aletear con una alegría desbordada. Aleteó una y otra vez, desprendiéndose, inconscientemente, de todas sus bellas plumas.
De pronto, se descubrió desnudo, como al principio de los tiempos. Avergonzado, descendió a la tierra, refugiándose en las cuevas y negándose la visión. Durante días, llovieron plumas de colores que éste no quiso observar, procurando olvidar lo hermoso que un día fue. Desde entonces, el murciélago vivió recluido en la oscuridad, lamentando su egoísta actitud.